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Colombia firma compra de cazas Gripen: el mayor salto tecnológico militar en décadas


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Por Leonardo Bermúdez


El Gobierno colombiano anunció la adquisición de 17 aviones Gripen E/F, un sistema de combate de última generación desarrollado por Saab AB, consolidando a la Fuerza Aeroespacial Colombiana (FAC) como una de las más avanzadas de América Latina. El contrato, valorado en €3,1 mil millones, representa una modernización estratégica sin precedentes para la defensa del país y una decisión política que marca un antes y un después en la soberanía tecnológica de Colombia.


A diferencia de simples compras de aeronaves, la oferta de Saab incluye capacidades que se alinean con los objetivos nacionales de independencia operativa y desarrollo industrial. De acuerdo con el documento oficial del fabricante, el Gripen es un caza interoperable y multirol, capaz de realizar exitosamente misiones aire-aire, aire-tierra, así como roles especializados de inteligencia, vigilancia y reconocimiento. Su arquitectura abierta permite actualizaciones continuas y separa el software crítico de vuelo del sistema de misión, otorgando a Colombia libertad para modernizarlo sin depender de terceros.


El contrato firmado por el Gobierno no solo garantiza la llegada de los aviones, sino un paquete integral que incluye entrenamiento especializado, simuladores, mantenimiento prolongado, armamento moderno y soporte logístico por décadas. Saab destaca que el Gripen opera con una baja huella logística, requiriendo solo un técnico y cinco mecánicos para alistar la aeronave en 15 minutos durante misiones aire-aire, incluso desde carreteras cortas o bases dispersas. Estas características lo convierten en un sistema ideal para un país con la complejidad geográfica y territorial de Colombia.


Otro eje clave de la decisión gubernamental es la transferencia de tecnología y cooperación industrial. El paquete ofrecido por Saab, según el documento oficial, se diseña “exclusivamente para Colombia”, con oportunidades de inversión futura, desarrollo local, mantenimiento nacional y cooperación técnica con la industria colombiana. Este punto es fundamental para entender la decisión política: no se trata solo de adquirir aviones, sino de incorporar capacidades estratégicas dentro del país.


El costo promedio por unidad —aproximadamente €182 millones (US$212 millones)— ha sido objeto de debate público. Sin embargo, expertos señalan que esta cifra no corresponde únicamente al avión, sino al ecosistema operacional completo que el Gripen ofrece: guerra electrónica avanzada, radar AESA, sistema de fusión multicapa, datalink táctico y armamento de última generación. Todo esto crea un sistema cohesivo que garantiza autonomía, conciencia situacional y ventaja táctica en escenarios modernos.


Países como Brasil ya han apostado por el Gripen mediante programas similares, donde la transferencia tecnológica ha impulsado industria y empleo nacional. En esa misma línea, Colombia busca asegurar estabilidad operativa, modernización continua y un salto cualitativo que no dependa exclusivamente de proveedores extranjeros.


El Gobierno subraya que esta decisión es fundamental para reemplazar la flota actual y fortalecer la capacidad de respuesta frente a amenazas contemporáneas, al tiempo que posiciona a Colombia en un nivel superior en materia de defensa y desarrollo estratégico.


Con la llegada del Gripen, la Fuerza Aeroespacial Colombiana no solo obtiene nuevos cazas: entra en una nueva era de soberanía, tecnología y preparación operacional, alineada con los desafíos del siglo XXI y respaldada por una decisión política que apuesta por la modernización integral del país.

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